martes, 15 de mayo de 2012

"EL SOMBRERO" de María Bueno

"Dama con sombrero y capa" de Gustav Klimt
                
     Se despertó sobresaltada, por unos instantes no supo ni la hora ni el sitio donde estaba. ¡Otra vez! Se había vuelto a quedar dormida en el sillón.    Le tendría que dar la razón a su hija, siempre le decía, -  Ese sillón tiene algo mágico, el que se sienta en él se queda frito.
     La televisión con el sonido muy bajo seguía prendida, sintió los ojos pegados, desde que tuvo el último resfriado se le llenaba de legañas, se incorporó y aun adormilada fue a lavárselos.
     Estaba secándose distraídamente delante del espejo, cuando al mirarse noto como un escalofrío le recorría el cuerpo, no podía apartar la vista, su reflejo pálido y asustado no era lo que miraba, sino a la mujer que tras ella la miraba a su vez.
     Era una señora con un sombrero de ala ancha rodeado con una cinta de  raso rosa anudada bajo su barbilla, la mujer de una serena belleza la miraba con una dulce sonrisa.
     Mientras intentaba moverse rígida por el miedo su mente trabajaba vertiginosa, ¡Qué demonios! ¿Quién es? ¿Cómo ha entrado?
     Cuando por fin tras unos segundos que le parecieron eternos, recobro la movilidad y se volvió la mujer había desaparecido.
      Volvió a mojarse la cara y se miro, pero ahora el cristal solo reflejaba su imagen. Aun asustada se dirigió al salón, al entrar sintió  que el corazón como caballo desbocado se le subía a la garganta .amenazando con ahogarla.
     ¿Qué estaba pasando? Su sala de estilo moderno y minimalista, se habían trocado  por otra de épocas pasadas, pesadas cortinas de terciopelo sustituían a los ligeros visillos, el lugar del televisor lo ocupaba  un antiguo gramófono  que derramaba una suave melodía que se extendía por toda la habitación   erizándole  el vello. Dio unos pasos temblando de miedo, notando bajo sus pies la mullida alfombra de damasco, rozo con sus manos el respaldo de uno de los sillones floreados estilo victoriano, y noto como de su garganta un grito luchaba por salir, cuando por fin lo consiguió, el  mismo grito la despertó.
     Estaba en el dichoso sillón “Mágico”  Todo fue una pesadilla, quizás la cena fue demasiado copiosa.
     Se levanto mirando recelosa a todos lados, y sin entrar en el baño se dirigió presurosa a su habitación,  se metió en la cama tapándose la cabeza.
      Por la mañana cuando bajo  aun tenía el miedo en el cuerpo, pero la luz del día lo cambia todo, y pensó ¡Qué tontería!
Sin embargo al entrar en el aseo evito el espejo.
     Se dispuso a salir y al ir a coger el abrigo del perchero, lanzo un grito y se desmayo. Cuando su hija consiguió reanimarla, ella encogida y temblando, solo acertaba a decir, -El sombrero… el sombrero y señalaba al perchero, allí colgado estaba el sombrero de la mujer del espejo.

MARÍA BUENO.